EL PRIMER DÍA DE COLEGIO
El comienzo de la etapa escolar
para los niños supone un importante cambio en sus rutinas, incluso para quienes
ya han pasado por la experiencia previa de asistir a un inicial y, por tanto,
han experimentado la separación parental. El escolar debe empezar a
familiarizarse con otros adultos distintos a los habituales, aprender a moverse
con soltura en un espacio diferente, adquirir nuevas pautas de comportamiento y
acatar normas de convivencia y actuación más exigentes.
El cambio de entorno no tiene que ser traumático, pero sí requiere
tiempo
Este cambio no tiene que ser
traumático, pero sí requiere tiempo. Tal como afirma Félix López, catedrático
de Psicología evolutiva y de la Educación de la Universidad de Salamanca, en la
mayoría de los casos, "las manifestaciones que demuestran falta de
adaptación desaparecen antes del final de las dos primeras semanas",
aunque "entre el 10% y el 20% de los escolares pueden mantenerlas a lo
largo del primer mes de estancia en la escuela".
El periodo de adaptación
Algunos factores pueden afectar a
la duración de la fase de adaptación del niño al nuevo entorno escolar. Según
el estudio de investigación de Félix López "La mejora de la calidad de
educación infantil: periodo de adaptación y clima de clase", estas variables
pueden estar relacionadas con la calidad del vínculo afectivo del alumno con
sus padres, el temperamento individual del escolar, la experiencia previa de
separación o anteriores problemas de conducta. Tal como refleja el estudio, la
percepción de los padres es que la asistencia previa a la guardería ni facilita
ni empeora el periodo de adaptación. Sin embargo, los docentes reconocen que
este factor "reduce el impacto de la entrada a un centro de educación
infantil a los tres años".
Los docentes reconocen que la asistencia
previa al nivel inicial "reduce el
impacto de la entrada al colegio"
En cualquier caso, es necesario
que el alumno se acostumbre a la nueva situación y al nuevo entorno y se amolde
de forma progresiva. Distintas administraciones educativas permiten a los
consejos escolares planificar un periodo de adaptación para el alumnado de
nuevo ingreso en el primer curso de Educación Infantil, que implica en general
una mayor flexibilidad de horarios de entrada y recogida de los alumnos al aula
y un incremento paulatino del horario escolar.
El objetivo del periodo de
adaptación es conseguir que el niño acepte el nuevo espacio y aprenda a moverse
en él de modo progresivo, se adapte a nuevas rutinas, comprenda y conozca las
pautas de actuación del aula y establezca vínculos de afectividad con los demás
compañeros y su docente. De este modo, se consigue una actitud de aceptación
hacia la escuela y motivadora hacia el aprendizaje.
Consejos para padres
La actitud de los progenitores
ante el inicio de las clases influye de forma significativa en el
comportamiento y actuación de los niños. Según los resultados de la
investigación de Félix López, los padres que muestran mayor ansiedad,
inquietud, temor e inseguridad ante el hecho de llevar a su hijo al colegio
"se asocian con niños que tienen más problemas y mayor timidez en el aula
durante el periodo de adaptación". Los especialistas recomiendan distintas
estrategias para que desde el entorno familiar se facilite la adaptación del
escolar y aconsejan adoptar distintas pautas de actuación:
Comenzar la adaptación en casa:
para que el inicio de la escuela no suponga un cambio brusco en los hábitos
diarios del niño, es necesario, en las semanas previas, adaptar de forma
progresiva los horarios de sueño y las comidas. Los especialistas recomiendan
también no introducir otros cambios importantes durante el periodo de
adaptación, como quitar el chupete o cambiar de habitación. Es mejor que estas
modificaciones se hagan antes o después de esta etapa adaptativa.
Crear ilusión: visitar el colegio
con el niño antes de empezar las clases, de modo que después pueda reconocer el
espacio, o preparar con ellos el material que deben llevar a las clases son
algunas actividades que predisponen al escolar a ilusionarse con esta nueva
etapa de su vida.
Desdramatizar las despedidas: las
despedidas deben ser breves y alegres. Es recomendable evitar los chantajes
afectivos de tipo "si lloras me pongo triste" y mentir al niño con
frases como "vengo enseguida", "aparco y ahora vuelvo" o
irse sin que se dé cuenta. Hay que recordarle siempre que se volverá a
recogerle. En el caso de situaciones de tensión, con llantos y rabietas, se
debe responder con ternura y comprensión pero con firmeza, para que no piense
que con sus protestas puede prolongar la despedida.
Manifestar una actitud positiva:
es necesario evitar los comentarios negativos o utilizar el colegio como
amenaza con el escolar. Para transmitirle felicidad y tranquilidad, es
recomendable contarle cosas buenas del colegio, hablarle de las actividades
divertidas que puede hacer en el aula o de todos los amigos nuevos que puede
encontrar.
Mantener una comunicación fluida
con el tutor: los padres deben acudir a las entrevistas o asambleas previas que
se organicen en el centro para conocer al tutor del alumno y facilitarle al
docente toda la información posible para que conozca al niño y sea capaz de
reconocer sus miedos o problemas. Es importante acudir al maestro ante
cualquier inquietud, pero sin intentar acaparar su atención en momentos
delicados, como son la salida o la entrada del aula, cuando tiene que atender a
todos los alumnos de la clase.
Reforzar su autonomía: para que
el niño pueda enfrentarse con seguridad a la nueva situación, es aconsejable
reforzar antes del inicio del curso sus hábitos de autonomía, como el control
de esfínteres, beber agua sin ayuda o reconocer su ropa y objetos. Es efectivo
también destacar su identidad, que sea capaz de reconocer y comunicar su nombre
y el de las personas más cercanas.
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